Adolescentes conversan sobre como imaginan El Salvador después de la pandemia
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Adolescentes y jóvenes hacen un balance de las dificultades superadas y lecciones aprendidas durante la cuarentena.
Los adolescentes que participaron en la cuarta entrega de Imaginando El Salvador post pandemia coinciden en afirmar que lo más difícil del encierro ha sido dejar el aula, los amigos, las visitas familiares y la vida social. Sin embargo, reconocen que en la nueva normalidad han aprendido a valorar aún más la unión familiar, a ser más organizados, independientes en términos académicos y solidarios con su entorno.
Durante el conversatorio, el consultor de Políticas Sociales de UNICEF, Jaime David Ayala, centró la atención del diálogo en cómo transitar hacía la nueva normalidad y en la importancia de que las voces de los adolescentes sean escuchadas para construir un mejor país después de la pandemia.
Al respecto, Alejandra Mancía, de 16 años, dijo que es importante conservar los hábitos y los nuevos conocimientos aprendidos durante esta cuarentena. En su caso, valora haber tenido la oportunidad de compartir tiempo con su familia, haber aprendido a organizarse mejor y a utilizar al máximo las nuevas plataformas digitales de comunicación.
“Considero que después de esta pandemia vamos a aprender a valorar mejor a las personas y las cosas que nos rodean porque de repente pasan situaciones como estas, que uno ya no ve a los seres queridos, vamos a saber aprovechar más los momentos bonitos que pasamos y el aprendizaje con los maestros. Estando presente tenemos más conocimientos y convivimos entre todos”, expresó la adolescente.
Para Paola Umaña, de 14 años, durante la cuarentena en su hogar se fortaleció la comunicación familiar: “mis papas venían tarde de trabajar, solo nos quedaba la noche y el fin de semana pasaba muy rápido, ahora podemos comunicarnos más entre nosotros. ... No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Ahora voy a disfrutar más de salir y compartir con otras personas”.
Sobre la educación a distancia los adolescentes opinaron que si bien es cierto prefieren la educación en el aula, asistida por un profesor, han aprendido a utilizar nuevas plataformas digitales y a ser más independientes en su formación.
Alejandra destacó que esta nueva modalidad educativa rescata haber conocido más plataformas para recibir clases como Google Classroom, Zoom y WhatsApp: “de manera presencial, ni siquiera hubiéramos tenido conocimiento que esas aplicaciones existían”.
Por otro lado, Paola sostuvo que aprender desde casa estimuló el hábito de la escritura y ganó independencia: “antes buscaba a los profesores para preguntarles sobre las tareas y ahora siento que soy gestora de conocimiento, que puedo buscar por mí misma la información, con ayuda de mi familia, pero puedo informarme con el Internet”.
El Salvador que imaginan
Cristian Díaz, de 17 años, reconoce que, a pesar de que la educación a distancia ha sido una experiencia estresante, aspira a un país post pandemia más unido: “quisiera que se entendieran mejor las necesidades de cada persona y, sobre todo, que haya más oportunidades para los jóvenes con bajos recursos para que puedan estudiar sus carreras universitarias y hacer sus sueños realidad”.
Por su parte, Alejandra respondió que el país debería trazarse la meta de ser mejor que antes: “para que El Salvador mejore hay que empezar por uno mismo y para eso me he propuesto ser más colaboradora y solidaria, más unida con mis compañeros y transmitir eso en todo momento”.
Paola agregó que es preciso trabajar en equipo y tener más conciencia de las realidades que vive el país: “habría que construir ese nuevo país, reconociendo que somos seres sociales que necesitamos del exterior, necesitamos de otras personas, somos seres afectivos porque a muchas personas les ha afectado en ese ámbito y haciendo valer las necesidades y los derechos de niños, adolescentes y personas adultas”, puntualizó.