Esto constituye un gran logro que beneficiará a millones de niñas y niños que desde hace un año no pudieron regresar a sus aulas debido al COVID-19.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se congratulan ante la decisión del Gobierno de El Salvador de reabrir de forma física/físicamente los centros educativos del país de forma gradual y segura, y priorizar a la educación como un elemento central de la respuesta a la recuperación del impacto de la COVID-19.
Ayer, funcionarios del Gobierno anunciaron que a partir del 6 de abril se reabrirán de forma física aquellos centros educativos que cumplan con los protocolos establecidos en la guía del Ministerio de Educación “La Alegría de Regresar a la Escuela” permitiendo que las y los estudiantes retornen a sus aulas de forma voluntaria en un formato semipresencial. Esto constituye un gran logro que beneficiará a millones de niñas y niños que desde hace un año no pudieron regresar a sus aulas debido al COVID-19.
“En El Salvador se han realizado esfuerzos extraordinarios para asegurar la continuidad educativa y ha habido un gran aprendizaje que ahora se potenciará con la reapertura de las escuelas. Mantener cerradas las escuelas tiene consecuencias graves en el desarrollo de niños y niñas y por eso celebramos la reapertura gradual y segura de los centros educativos”, señaló la Representante de UNICEF en El Salvador, Yvette Blanco.
América Latina y el Caribe ha sido la región más afectada por el prolongado cierre de las escuelas:3 de cada 5 niños que perdieron un año escolar completo en todo el mundo se encuentran en la región y aproximadamente el 60% de todos los estudiantes de América Latina y el Caribe aún no han tenido acceso a clases presenciales.
Esther Kuisch Laroche, Directora de la UNESCO en San José destacó que, “aun cuando los gobiernos, las comunidades educativas y todas las sociedades han realizado enormes esfuerzos por mantener la continuidad educativa, y por tanto garantizar el derecho a la educación, no todos los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos han contado con las condiciones necesarias para continuar con sus trayectorias educativas, profundizando así la desigualdad educativa, y poniendo en riesgo el futuro de toda la región.”
UNICEF y UNESCO reafirman su compromiso de seguir apoyando al Ministerio de Educación en sus esfuerzos de garantizar el acceso a una educación de calidad, relevante y pertinente en entornos seguros, asegurando la continuidad del aprendizaje y previniendo abandono escolar de las poblaciones en situación de vulnerabilidad.