Naciones Unidas llama a profundizar las acciones para prevenir la violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres, y lograr la igualdad de género

Según datos de ONU Mujeres, a nivel global 1 de cada 3 mujeres sufre violencia en algún momento de su vida y, sin embargo, los servicios públicos, la planificación territorial urbana y rural, y los sistemas de transporte, rara vez se organizan a fin de garantizar su seguridad y su movilidad. Por otra parte, el desplazamiento forzado interno tiene un impacto desproporcionado en las mujeres alrededor del mundo, exponiéndolas a enfrentar situaciones de explotación sexual, trata y violencia.

En El Salvador, según la Encuesta Nacional de Violencia contra las Mujeres del 2017, elaborada por la Dirección General de Estadística y Censo, a lo largo de su vida 7 de cada 10 mujeres entrevistadas manifestó haber enfrentado violencia y 4 de cada 10, violencia sexual. La Encuesta también mostró que sólo el 6% de las mujeres agredidas presentaron denuncias o buscaron apoyo, en parte porque las instituciones no les eran accesibles, pero también porque pensaron que los creerían, sintieron vergüenza, fueron amenazadas, no sabían dónde acudir o tuvieron temor a las represalias

Por su parte, el Observatorio de Igualdad de Género, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, registró 345 feminicidios en el 2017 en El Salvador, lo cual representó una tasa del 10.2 por cada 100 mil mujeres, la más alta de la región. Además, de acuerdo con datos del Instituto de Medicina Legal, 1,442 niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años fueron víctimas de violencia sexual en el 2017, el 62.6% de estos casos se produjo en sus lugares de vivienda.

Respecto a la tasa de embarazos en niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años, las cifras del Ministerio de Salud en el año 2017 muestran una reducción a nivel nacional de más de 5 mil embarazos con relación al 2015. Este avance invita a examinar las acciones y estrategias que han contribuido con esta disminución, a garantizar la sostenibilidad de los resultados y a identificar otras medidas para continuar avanzando en la eliminación del embarazo en niñas y adolescentes.

Hay también otras brechas en lo económico y político. La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del 2017, mostró que el 53% de las mujeres trabajaban por cuenta propia, y el 92.4% de las que laboraban en el servicio doméstico no tuvieron acceso a seguridad social. Además, en promedio sus ingresos fueron un 33% inferiores al de los hombres. Según el Informe de Desarrollo Humano El Salvador 2018 “Soy joven ¿Y ahora qué?”, del total de personas jóvenes que no estudian ni trabajan, el 77.2% fueron mujeres que, no obstante, promediaron 35.1 horas de trabajo doméstico no remunerado a la semana.

Adicionalmente, pese a que representan más de la mitad de la población, las mujeres solo ocupan 26 de los 84 escaños de la Asamblea Legislativa (30.9%) y únicamente dirigen el 11% de las alcaldías. Asimismo, hay grupos poblacionales concretos como las mujeres indígenas, con discapacidad y trans, entre otras, que no sólo enfrentan la discriminación por su género, sino también por su raza o condición.

Este año, a nivel global, Naciones Unidas llama a los Estados y sus sociedades a buscar formas innovadoras para abogar por la igualdad y el empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres, y así superar estos retos. Estas innovaciones pueden ir en la línea de facilitar el acceso a la protección jurídica y social, a servicios públicos y a infraestructura inclusiva sostenible.

La innovación y la tecnología abren oportunidades que pueden desperdiciarse si persisten también las brechas de representación de las mujeres en la ciencia, la informática, la ingeniería, las matemáticas y el diseño. “Es vital que las ideas y las experiencias de las mujeres influyan por igual en el diseño y la aplicación de las innovaciones que formarán las sociedades del futuro”, señala Naciones Unidas en este día.