El Sistema de las Naciones Unidas en El Salvador, en el marco de la conmemoración del 25 Aniversario de la Firma de los Acuerdos de Paz presentó la publicación “Voces de El Salvador” en un evento realizado en el auditorio Ignacio Ellacuría de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA).
El documento que se presentó hoy reúne el resultado de 18 talleres territoriales o sectoriales en los que cerca de 500 salvadoreñas y salvadoreños de entre 14 y 80 años de edad, en diferentes lugares del país, reflexionaron sobre la paz y sobre los retos de El Salvador 25 años después de su firma.
Los talleres territoriales se llevaron a cabo en los municipios de Santa Ana, Sonsonate, Chalatenango, San Miguel, Morazán, Usulután, Tamanique y Zacatecoluca. En los sectoriales se contó con la participación de niños y niñas, jóvenes, pueblos indígenas, migrantes, ex refugiados del conflicto armado, familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos, víctimas del conflicto armado, mujeres, comunidad LGTBI y personas con discapacidad.
“Para este esfuerzo nos inspiró principio de la nueva agenda global 2030 de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, que pide: no dejar a nadie atrás”, manifestó el Coordinador Residente de las Naciones Unidas, Christian Salazar Volkmann.
Cada sector y comunidad realizó un ejercicio de reflexión sobre la historia salvadoreña y la situación de su sector o comunidad a partir de tres preguntas: los principales cambios después de los Acuerdos de Paz, los retos que el país enfrenta a 25 años después y qué debe hacer la nación para afrontar dichos retos. Además, con la niñez se realizaron dinámicas de reflexión sobre el presente y el futuro.
Basado en los múltiples aportes que expresaron las voces de El Salvador, la publicación plantea cinco recomendaciones para la tarea continua de construir y consolidar una cultura de paz:
1. Superar la polarización política mediante el diálogo nacional y acuerdos sobre los temas que más afectan la población.
2. Profundizar los esfuerzos por acabar con la pobreza, es decir lograr la inclusión social y económica de toda la población y superar la situación de poblaciones marginalizadas o discriminadas.
3. Fortalecer la convivencia pacífica, garantizando la seguridad ciudadana en todo el territorio, protegiendo a la población, especialmente a las niñas y niños, de la violencia en sus distintas manifestaciones.
4. Fomentar el acceso a la justicia y continuar profundizando los esfuerzos para reducir la impunidad y luchar contra la corrupción.
5. Identificar la forma apropiada de garantizar a las víctimas verdad, justicia y reparación, y de proporcionar a la sociedad, particularmente a las nuevas generaciones, la oportunidad de conocer lo ocurrido para garantizar la no repetición.
La experiencia de las Naciones Unidas en este proyecto demuestra que las personas consultadas coinciden en su confianza en el encuentro, el diálogo y la acción conjunta como formas de enfrentar las principales dificultades de El Salvador.