Relatora sobre ejecuciones extrajudiciales concluye su visita a El Salvador
05 febrero 2018
- “El Salvador, con una de las tasas más altas de homicidio en el mundo, debe tomar urgentemente medidas más efectivas para prevenir la privación arbitraria de la vida y poner fin al círculo vicioso de impunidad que hace posible estos crímenes” así lo manifestó hoy la Relatora especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias arbitrarias al final de su visita oficial en El Salvador.
En su declaración de final de misión, destaca los desafíos complejos y de larga data de El Salvador, el miedo y la inseguridad endémicos y generalizados, y una de las tasas más altas de homicidios en el mundo, la mayoría de los cuales se atribuyen a las pandillas.
“Durante mi visita, conocí a padres y madres que han perdido sus hijos por la violencia; mujeres jóvenes que han sido repetidamente sometidas a la violencia sexual; hombres jóvenes tan traumatizados por la experiencia de violencia vivida en manos de pandillas o miembros de la seguridad, que apenas podían susurrar su relato; abuelos viviendo en miedo constante del día en que la violencia reclute a sus nietos.”
Halló que el trauma nunca termina para las víctimas. “Las víctimas no tienen más remedio que caminar por los mismos caminos que sus violadores, de encontrarse con sus torturadores en cualquier esquina de calle, y ver todos los días cómo se pasean los asesinos de su hijo.”
La experta destacó que los homicidios parecen ser una estrategia deliberada de las pandillas para asegurar el control territorial y su poder. “Pueden atacar a mujeres y niñas, o a miembros de pandillas rivales, o pueden dirigir su violencia a aquellos que resisten los esfuerzos de extorsión de la pandilla, o a los que presentan denuncias contra ellos; puede estar dirigida a funcionarios públicos, incluyendo policías y soldados. Sin embargo, muchos de los asesinatos no son actos criminales aleatorios. Son organizados y parecen ser parte de una estrategia deliberada aunque perversa”.
“La respuesta del gobierno a esta violencia endémica no debe profundizarla aún más, independientemente de cuan complejo sea el contexto, o cuan difícil sea la exigencia en recursos públicos. La cura no puede tan mala como la denuncia. Sin embargo, he hallado un patrón de comportamiento entre el personal de seguridad, que podría considerarse como ejecuciones extrajudiciales y uso excesivo de la fuerza. Esto se fomenta aún más por las muy débiles respuestas de las principales instituciones públicas, incluyendo a nivel de investigación y judicial”, así lo consideró la experta.
La Señora Callamard identificó que la impunidad endémica y sus múltiples causas ayuda alimentar la violencia. “Las personas de las comunidades más empobrecidas me hablaron de su miedo y la falta de confianza en los funcionarios de seguridad. Muchos hablaron de lo que según ellos perciben es una guerra por parte de las fuerzas de seguridad contra los jóvenes y los pobres, con la policía y los funcionarios públicos tratando a toda la juventud como si fueran pandilleros simplemente por el mero hecho del lugar en el que viven.”
La Señora Callamard felicitó al gobierno por una serie de iniciativas de debida diligencia incluyendo el “Plan El Salvador Seguro”, “Yo Cambio” y “Jóvenes con todo”. Son señales positivas de que el gobierno está empezando a reconocer que la serie de estrategias de “Mano Dura” han fracasado y que es necesario que haya medidas integrales preventivas, de reintegración y de rehabilitación. “Yo celebro estas iniciativas contra la violencia, y reitero las recomendaciones emitidas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos tras su visita el país para que estos programas cuenten con recursos adecuados, y se apliquen cabalmente”.
La aplicación por parte del gobierno de las medidas extraordinarias de seguridad que se adoptaron en 2016 ha dado pie a la detención de 39.110 personas, en detención prolongada bajo condiciones crueles e inhumanas, muchas de ellos a la espera de juicio. “Las condiciones espantosas que he presenciado no pueden explicarse solamente por consideraciones de seguridad. Esto me lleva a la conclusión de que su principal finalidad es la deshumanización de los detenidos. Dichas medidas ilegales deben cesar inmediatamente”, exhorta la Relatora especial.
La Señora Callamard destacó que muchas personas, la mayoría indocumentada, emigran de El Salvador, en un esfuerzo para escapar la violencia. “Demasiados salvadoreños son matados durante la fuga, los desaparecen, son abusados sexualmente o quedan detenidos en condiciones inhumanas en países vecinos y de destino. Aunque estos crímenes se llevan a cabo fuera del territorio de El Salvador, el Estado sigue teniendo la responsabilidad de proteger los derechos de sus poblaciones migrantes. Celebro la creación del Banco de datos forense para migrantes no localizados que debe permitir un mejor rastreo y compaginación de los restos de los migrantes del paradero desconocido y pido que se fortalezca su capacidad. Habida cuenta de mis hallazgos también insto al gobierno de Estados Unidos a que extienda de nuevo el TPS para El Salvador”.
Destacó que el gobierno ha adoptado un marco jurídico ambicioso para la investigación y la prevención de los homicidios por motivos de género incluyendo crímenes de odio y feminicidio. “Trágicamente El Salvador sigue sufriendo de manera alarmante los altos niveles de homicidios de mujeres y personas LGBTQI, y en particular las mujeres transgénero. Las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para prevenir estos homicidios y reducir la impunidad para estos crímenes”. La Experta manifestando preocupación por los altos niveles de violencia sexual contra mujeres, igualmente instó a una moratoria para la aplicación de la prohibición absoluta del aborto en el país, y celebró las medidas que se han empezado a tomar en este sentido incluyendo una propuesta de reforma legislativa que estipula la excepción de esta prohibición por cuatro razones.
La experta agradeció al gobierno del El Salvador su apoyo, por las discusiones abiertas y sinceras, y también por el tiempo y esfuerzos que los funcionarios invirtieron en su misión. Durante su visita de 12 días la experta se reunió con funcionarios del Estado y miembros del gobierno de alto nivel, y también con colegas de las Naciones Unidas, actores humanitarios representantes de las organizaciones de la sociedad civil, y también con las víctimas de la violencia.
“Me ha conmovido mucho y a la vez he quedado impresionada por la valentía del pueblo de El Salvador. Su dignidad, literalmente bajo fuego, es una inspiración para mí y ha sido un honor haberme podido reunir con ellos.”
Todos sus conclusiones y recomendaciones se incluirán en un informe al Consejo Derechos Humanos, en su debido momento.