FORO DÍA INTERNACIONAL DE APOYO A LAS VÍCTIMAS DE LA TORTURA
En este Día Internacional, honremos a las víctimas de la tortura y comprometámonos a trabajar para lograr un mundo en que no haya lugar para tales abusos.
“Las huellas de haber sobrevivido a la tortura no solo están presentes en los cuerpos y en el alma de quienes la han sufrido, también están en las sociedades de todo el mundo como una herida grave en nuestra especie.”
Quiero agradecerles por su invitación a dirigir palabras en este foro conmemorativo del Día internacional en apoyo a las víctimas de la tortura y quiero resaltar la importancia de este día internacional para denunciar la tortura como una violación atroz de los derechos humanos y un acto abominable contra la dignidad humana, es un día de recuerdo y apoyo a las víctimas de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Y es un día, en las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas en su mensaje para llamar a renovar los esfuerzos para “responder y reparar a las víctimas, investigar y sancionar a los responsables, dar a conocer la verdad; y educar a todas las generaciones para que no se justifique, no se tolere y no se promueva la tortura o la degradación de ningún ser humano, no importa de quien se trate.”
La continuación de actos de tortura en muchos países “incluso en aquellos en los que la tortura se ha tipificado como delito” nos debe ocupar porque compromete las instituciones en que se ejerce con impunidad, a las que no la investigan y las que no la sancionan. Son estas las instituciones en que debemos poder depositar bienes muy valiosos de nuestra vida en sociedad. La norma prohibitiva no acepta ninguna justificación.
En mis casi treinta años de trabajo en las Naciones Unidas tuve oportunidad de vivir muy de cerca varios procesos de justicia transicional después de conflictos armados, - frustrados y más avanzados – aquí, en Guatemala, en Colombia, en Uganda, y en el cono sur de las Américas. Todos tienen en común algo que hoy, en este día, hay que resaltar: Las victimas y sus familias no olvidan, tampoco las organizaciones que las representan y aunque pasan los decenios – aquí está su lucha. A veces en tercera generación.
Las violaciones graves de los derechos humanos, entre ellas la tortura, dejan su huella y heridas en una sociedad. Solo sanarán con la verdad, la justicia, la reparación, la memoria y las garantías de no repetición.
Como todos sabemos el sangriento conflicto armado en El Salvador ha dejado estas heridas ya que muchos de los actos de tortura y otras graves violaciones de los derechos humanos ocurrieron cuarenta años atrás y la mayoría está sin respuesta.
El Salvador ratificó la Convención contra la tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes en 1994 y tipificó en 2011 con el Decreto legislativo 575 el delito de tortura en el Código Penal como Art. 366-A en el capítulo que tipifica los delitos contra la humanidad para que esté concordante con otras disposiciones que protegen la dignidad de la persona, como el artículo 4 de la Constitución de la República, que prohíbe someter a las personas a condiciones que menoscaben su dignidad, entre otros más. Esto fue un paso importante y un compromiso para que no se puedan cometer actos de tortura con impunidad.
Aprecio altamente la presencia entre nosotros de miembros del Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura, responsable de dar seguimiento a la implementación en los Estados de la Convención contra la tortura, y del Sub Comité para la prevención de la Tortura.
Quisiera expresar mi esperanza que esta visita sea una oportunidad para dialogar y lograr más compromisos a que se redoblen los esfuerzos del Estado salvadoreño para avanzar en la atención a las víctimas de la tortura y sus familiares de los años del conflicto armado y la investigación y el enjuiciamiento de los presuntos responsables de lo ocurrido. En este sentido, es necesario retomar los esfuerzos para que sea aprobada una ley que refleje las normas de la justicia transicional y que cuente con la participación de las víctimas y organizaciones de derechos humanos especializadas.
Para que asentar señales claras y desalentar actos de tortura la persecución de tortura, malos tratos y uso excesivo de la fuerza, el empeño necesita ser continuo y permanente y que se investiguen casos denunciados de manera pronta e imparcial y que se preste la necesaria atención integral a las víctimas de estos actos.
Quiero subrayar que construir la capacidad institucional para prevenir, e investigar presuntos actos de tortura o situaciones que pueden constituir tortura y malos tratos, es una vía por tomar y de mucha importancia para erradicar la tortura. El Subcomité para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (SPT) es un nuevo tipo de órgano de tratado en el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas. En este sentido, la ratificación del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura (OPCAT) apoyaría los esfuerzos del gobierno de El Salvador.
Hace un año El Salvador presentó su tercer informe periódico al Comité de la Convención. Sus observaciones finales están encaminadas a apoyar e indicar los pasos hacia la erradicación de actos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Es nuestro compromiso, como sistema de las Naciones Unidas, apoyar al país y en particular al Estado para que se crean las condiciones idóneas para la prevención e investigación de la tortura, así como la atención integral a las víctimas y a sus familiares. Quiero alentar a las instituciones relevantes del Estado que sigan buscando el dialogo y definen la acción necesaria para establecer garantías de no repetición y quedarse libre de este flagelo.
Con el Secretario General quiero concluir mis palabras: En este Día Internacional, honremos a las víctimas de la tortura y comprometámonos a trabajar para lograr un mundo en que no haya lugar para tales abusos.
Muchas gracias.