Después de un proceso de construcción conjunta del Equipo Humanitario de País fue lanzado el Panorama de Necesidades Humanitarias y el Plan de Respuesta Humanitaria 2024. Estos instrumentos que forman parte de lo que se conoce como el ciclo humanitario, identifican a las personas con necesidades humanitarias y proponen la respuesta colectiva que las instituciones del Gobierno, la sociedad civil y la cooperación internacional proponen para proteger y salvar sus vidas.
De acuerdo con el Panorama de Necesidades Humanitarias, 1.1 millones de salvadoreños y salvadoreñas tienen necesidades humanitarias, esto representa el 18% de la población del país.
Con el Plan de Respuesta Humanitaria se llegaría a un poco más de 500 mil de estas personas de los catorce departamentos del país. El enfoque de acción propuesto es intersectorial y coordinado, y busca propiciar un futuro más resiliente y próspero para las personas que se encuentra expuestas a fenómenos como las sequías, inundaciones, enjambres sísmicos y movilidad humana.
En el lanzamiento participaron la Viceministra de Relaciones Exteriores, Adriana Mira; la Directora de la Agencia de El Salvador para la Cooperación, Karla de Palma; el Coordinador Residente de las Naciones Unidas en El Salvador y Belice, Raúl Salazar, y de forma virtual, la embajadora permanente de El Salvador ante la ONU, Egriselda López. También acompañaron la jefa de manejo de información de la Oficina Regional de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios y autoridades de la Dirección de Protección Civil, así como otros funcionarios nacionales y de las organizaciones que integran el Equipo Humanitario de País.
La importancia de este plan radica en que traza las líneas estratégicas para avanzar hacia un enfoque que evite la pérdida de vidas durante las emergencias y proteja los medios de subsistencia y la integridad de las personas. Para lograrlo, el Plan se propone dos objetivos estratégicos: en primer lugar, proveer asistencia humanitaria intersectorial para proteger y salvar vidas, con enfoques de derechos humanos, protección, edad, género y diversidad. En segundo lugar, contribuir al acceso a servicios esenciales, el restablecimiento de los medios de vida y la resiliencia.
Para su implementación se requiere una inversión de US$86.6 millones, que se ejecutarán por el Equipo Humanitario de País, junto con las instituciones nacionales, a través de 73 proyectos agrupados en áreas prioritarias como seguridad alimentaria; nutrición; salud; agua, saneamiento e higiene; educación en emergencias; protección; alojamiento de emergencia, gestión de albergues y coordinación. Además, se priorizará la atención diferenciada a grupos vulnerables como mujeres, niñez, personas con discapacidad y adultos mayores, con el objetivo de garantizar su bienestar, privacidad, protección y seguridad.
Las acciones incluyen la provisión de seguridad alimentaria a través de transferencias de efectivo y alimentos, la prevención y atención de la malnutrición, el fortalecimiento de la coordinación en salud para responder a emergencias, la promoción del acceso al agua segura y saneamiento, la garantía de espacios seguros para la educación en situaciones de crisis, y el apoyo a la protección y servicios especializados para mujeres, niñez y adolescencia víctimas de violencia, entre otras acciones.
Al implementarse este Plan será posible marcar una diferencia aún más tangible en la vida de cientos de miles de personas que luchan para superar las emergencias constantemente, y de esta forma también incrementar sus posibilidades de salir de la pobreza.
Es por esa razón que los integrantes del Equipo Humanitario de País plantean la importancia de una acción decidida y urgente que incluya el acompañamiento financiero de la comunidad internacional y otros actores públicos y privados necesario para hacer frente a los efectos del fenómeno de El Niño y de la movilidad humana en esta región, que aunque no siempre son visibles, impactan dramáticamente en la población de las zonas afectadas, en especial del llamado Corredor Seco.
En ese sentido, ha sido importante el apoyo del Grupo de amigos de los países del norte de Centroamérica que ha organizado distintos eventos, entre estos una mesa redonda virtual de solidaridad que se realizará este 9 de abril, para movilizar la contribución necesaria hacia esta región y posicionar también sus necesidades humanitaria.