Rompiendo barreras, construyendo la paz

«De Una» es un ejemplo de la importancia crucial de implicar a jóvenes y mujeres en los procesos de consolidación de la paz.
En el corazón de El Salvador, la comunidad de Valle Verde, en Apopa, sufrió durante décadas la violencia y el estigma de las pandillas. Las fronteras invisibles impuestas por estos grupos creaban un ambiente de miedo generalizado que limitaba la libertad y las oportunidades de los residentes. Las mujeres jóvenes, en particular, estaban atrapadas en un ciclo de violencia, y su acceso a la educación, el empleo y la atención sanitaria se veía drásticamente restringido.
"Nadie quería salir de sus casas o participar en actividades", recuerda Yanci, una joven de Valle Verde. “Para las mujeres, especialmente las jóvenes, el riesgo de sufrir violencia era aún mayor. La violencia que vivimos en nuestra comunidad nos ocasionó traumas, ansiedad, miedos”.
Esta situación persistió a pesar de los importantes avances logrados gracias a la política de seguridad del Gobierno de El Salvador, que ha permitido reducir notablemente los homicidios, las extorsiones, los robos y otros delitos. Después de las dificultades sufridas por estas comunidades, era esencial reconstruir la confianza, crear oportunidades para volver a conectar y revitalizar los espacios compartidos, fomentando un renovado sentido de esperanza y unidad.
Para abordar estos problemas tan arraigados, el sistema de las Naciones Unidas en El Salvador junto al Gobierno pusieron en marcha el programa «¡De Una! Transformando mi comunidad», financiado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz. Reconociendo que la paz sostenible requiere la participación de todas las personas, «¡De Una!» empoderó a los vecinos para que se hicieran cargo de la consolidación de la paz en sus comunidades. Sus objetivos eran abordar las causas profundas del conflicto, fomentar la cohesión social y crear oportunidades económicas.

Yanci y sus vecinos formaron el comité «Vecinos en Acción» y empezaron a poner en práctica la visión de «¡De Una!» en su comunidad. Los vecinos se reunieron en jornadas de limpieza comunitaria, recuperando espacios descuidados y transformándolos en fuentes de orgullo colectivo. Lanzaron campañas medioambientales, fomentando un sentido de responsabilidad compartida por su entorno. Crearon espacios seguros para niños y jóvenes, organizando talleres que fomentaban el aprendizaje, el diálogo y la sanación, con el fin de formar a la próxima generación de residentes de Valle Verde. Y como la estabilidad económica es tan crucial para la cohesión social, también organizaron talleres de capacitación que ofrecieran a los vecinos oportunidades de crear medios de vida sostenibles, capacitándolos para liberarse del ciclo de pobreza
«De Una!» dio un apoyo crucial facilitando la colaboración entre la comunidad, el gobierno, las empresas y las ONG. Este enfoque de colaboración creó oportunidades, previno la violencia y ayudó a las familias a permanecer en sus comunidades.
La Oficina del Coordinador Residente (OCR) desempeñó un papel activo en «¡De Una!», participando en su diseño y ejecución, y dirigiendo el Comité Ejecutivo del proyecto junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores. Este comité, está formado por instituciones gubernamentales y las agencias de las Naciones Unidas: la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). No sólo guía el proyecto, también garantiza que sus éxitos puedan reproducirse en otras comunidades que se enfrentan a retos similares.
Las mujeres abren camino
"Al principio, sólo participaban unas pocas personas por miedo», explica Yanci. «Pero hemos pasado por un proceso que nos ha permitido superar esos miedos. Ahora estamos muy ilusionadas porque se han unido vecinos de otras zonas. Antes eso era imposible”.

La participación de Yanci en los talleres de liderazgo «¡De Una!» la inspiró para animar a otras mujeres a asumir funciones de liderazgo. Yessi, otra joven de Valle Verde, comparte su experiencia: “Al principio, no estaba segura de participar. Pero Yanci me animó y me dijo que este espacio me ayudaría a crecer. Gracias a estos talleres, he adquirido habilidades que nunca pensé tener. Ahora siento que puedo contribuir mucho más a mi comunidad y ayudar a otras mujeres a descubrir su propio potencial”.
Los cambios positivos en Valle Verde son un testimonio del poder de invertir en las mujeres y la juventud como agentes de paz.
El Coordinador Residente en El Salvador, Raúl Salazar, hace hincapié en este punto:
“Como la juventud y las mujeres de las comunidades salvadoreñas previamente afectadas por la violencia han demostrado, ellas y ellos son poderosos impulsores del cambio. Al brindarles oportunidades de participar de manera significativa en los procesos de consolidación de la paz, encuentran soluciones, fomentan la resiliencia y crean una comprensión más integral de las necesidades para una paz y seguridad ciudadana duradera en sus comunidades”.
Desde 2023, «¡De Una!» se ha ampliado para apoyar a jóvenes de diez comunidades de todo El Salvador. Mediante asociaciones con diversos organismos de las Naciones Unidas, el gobierno, el sector privado, ONG y comunidades, «¡De Una!» sigue fomentando oportunidades para los jóvenes, previniendo la violencia y construyendo un legado duradero de paz en El Salvador.
El equipo de las Naciones Unidas en El Salvador también ha puesto en marcha otras iniciativas enfocadas en el empoderamiento de jóvenes y mujeres, como «Jóvenes por La Libertad», que promueve la participación de los jóvenes en el turismo, y «Guardianas de la Paz», que crea las condiciones para que las mujeres influyan en los procesos de consolidación de la paz en curso.

Un legado de paz
«De Una» es un ejemplo de la importancia crucial de implicar a jóvenes y mujeres en los procesos de consolidación de la paz. Como se señala en las agendas Mujer, Paz y Seguridad (WPS) y Juventud, Paz y Seguridad (YPS), las mujeres y los jóvenes no son meros beneficiarios, sino agentes esenciales del cambio, que poseen perspectivas y capacidades únicas para contribuir a la prevención y resolución de conflictos y a una paz sostenible.
Reconociendo el papel vital de las mujeres y los jóvenes en la construcción de una paz duradera, la ONU en El Salvador, dirigida por el Coordinador Residente, ha defendido políticas que promueven su inclusión significativa en la consolidación de la paz. Esto incluye iniciativas como el «Segundo Encuentro de Mujeres Constructoras de Paz», que reunió a entidades regionales de las Naciones Unidas como ONU Mujeres, el Departamento de Consolidación de la Paz y Asuntos Políticos (DPPA) y el Programa Conjunto PNUD-DPPA para diseñar un plan de acción para América Latina y el Caribe sobre la participación de las mujeres en la consolidación de la paz. La Oficina del Coordinador Residente también dirigió debates locales con organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, haciendo hincapié en el papel positivo que desempeñan los jóvenes y abogando por su inclusión en todos los esfuerzos de consolidación de la paz.
La transformación de Valle Verde demuestra el poder de la consolidación de la paz liderada por mujeres y jóvenes. Al abordar las causas profundas del conflicto y fomentar la cohesión social, «¡De Una!» ha desencadenado un cambio positivo a nivel local y ha inspirado acciones a nivel regional, demostrando que la capacitación de las mujeres y los jóvenes es crucial para construir un futuro más inclusivo y pacífico.