Veinticinco mujeres indígenas han creado el Observatorio Sijsihuat Mejmetzaly (Mujer Luna) de violencia de género para recolectar datos e identificar patrones.
Un grupo de 25 mujeres nahuat pipil, lenkay kakawira, han creado el Observatorio Sijsihuat Mejmetzaly (Mujer Luna), sobre violencia de género. El Observatorio ha recogido testimonios de mujeres y niñas en las comunidades indígenas. Con el apoyo de ONU Mujeres fueron capacitadas para recolectar estos datos e identificar patrones de violencia, un trabajo que han venido realizando desde 2021.
Betty Pérez, una de las impulsoras del observatorio, recuerda las difíciles circunstancias en que inició este trabajo, mientras todavía se enfrentaban las consecuencias de la pandemia de COVID-19. “No todas teníamos los medios para conectarnos, comenzamos por Zoom con los teléfonos”, relata.
A pesar de los retos, lograron identificar que cerca de la mitad de las mujeres encuestadas habían sufrido algún tipo de maltrato. Pérez recalca “El tema de la violencia hacia las mujeres y las niñas es muy es muy fuerte en las comunidades indígenas (…) Vamos a seguir trabajando estos temas porque son para el bienestar de las presentes y futuras generaciones, que son las niñas y los niños”.
El apoyo de ONU Mujeres ha sido clave en este proceso, respaldando la iniciativa desde su creación y ofreciendo herramientas para la capacitación virtual. Miriam Bandes, representante de ONU Mujeres en El Salvador explica el alcance de esta contribución “A ellas se les ha dotado de herramientas para que multipliquen el conocimiento y sean agentes de cambio en sus comunidades”.
Betty organiza círculos de escucha, donde las mujeres se sienten seguras para compartir historias. A través de estos espacios, las mujeres empiezan a entender y nombrar abusos que antes pasaban desapercibidos.
A pesar de las dificultades, Omelina Méndez, lideresa indígena de Santa Catarina Masahuat considera que este esfuerzo debe seguir. “El observatorio es solo una herramienta para empezar a empoderarnos”, afirma con convicción. La lucha por la visibilidad y el respeto de los derechos de las mujeres indígenas de El Salvador continúa, guiada por el coraje de estas lideresas.