Morena Cervellón tiene tres hijos y vive en San Salvador. Tras el fallecimiento de su esposo, se encontró en un momento crítico y decidió convertir en realidad la visión que compartía con él. “Empecé mi panadería con una mesita en la entrada de mi casa y, poco a poco, se fue ampliando”, cuenta.
Ella es una de las participantes del programa Innova, implementado por el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) en El Salvador y que promueve el sorgo, un grano resistente a la sequía y rico en nutrientes, como alternativa adicional saludable en la panadería.
Morena aprendió sobre nuevas harinas, técnicas de panificación, gestión empresarial y nutrición. Así diversificó su negocio y comenzó a elaborar productos naturalmente libres de gluten a base de sorgo, atendiendo la creciente demanda de opciones más saludables.
Además de formación, Morena encontró una comunidad de emprendedores que comparten conocimientos y se asocian para fortalecer sus negocios. Hoy, con su panadería sostiene a su familia y contribuye a la economía local, en un país donde las pequeñas y medianas empresas generan el 70% del empleo formal.
El impacto del programa Innova va más allá, pues contribuye a fortalecer la producción y el consumo del sorgo en el programa de alimentación escolar del Gobierno de El Salvador, y conecta a pequeños agricultores como Hadid Sánchez con microempresarios locales, como Morena.
Hadid recuerda el atol de sorgo de su infancia, y explica haber descubierto nuevas formas de aprovechar este grano. “Después de asistir a un taller de cocina y nutrición del Programa Mundial de Alimentos, aprendimos a hacer pizza y galletas de sorgo, y a los niños les encantan”, cuenta.
En un país con alta vulnerabilidad climática, donde el 30% de la población económicamente activa trabaja en la agricultura, iniciativas como “Innova” son clave para fomentar la resiliencia, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.
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